Rimas Nº 2

Yo me encontré una mañana
una nota con tu adiós,
y miré por la ventana;
te me escapabas veloz.
¡Volteaste! Sin ver mi cara
te fuiste sin decir nada,
y yo no te dije adiós.

Un puñal se me clavaba,
mi pecho partido en dos
a mis pies se desangraba
y se me ahogaba la voz.
¡Volteaste! Sin ver mi cara
te fuiste sin decir nada,
y yo no te dije adiós.

Ya no estabas obligada
a decirme que hay amor,
en mis manos resbalaba
la pena, rabia y rencor.
¡Volteaste! Sin ver mi cara
te fuiste sin decir nada,
y yo no te dije adiós.

Y en la pena que hoy, sumido
rompe en llanto mi dolor,
rompe el silencio, un quiejido
con motivo de tu adiós.
¡Volteaste! Sin ver mi cara
te fuiste sin decir nada,
y yo no te dije adiós.

Nuestro Adiós

Nuestro Adiós

(Sonetillo)

No mires mi rostro ahora,
la pena por tu partida
ha dejado destruida
la alegría que en mí mora.

¡Está bien! Llegó la hora
de la triste despedida
la pasión adolorida
comienza a latir ahora.

Adiós, amor de mi vida
hasta aquí, hemos llegado
tengas suerte en el camino

Adiós, ¡llévate mi vida!,
que con ella te has quedado,
en este adiós repentino.

Rimas

Rimas

¿Cúal será el motivo de tu llanto?
De tu angustia no sé;
comprendo la razón de tu tibia
interna languidez.
¿Sonríes...? Y en un día
sabrás mujer, por qué;
tú lo sabes recién
y yo apenas lo sé.

Sueño cuando tu sueñas,
veo lo que en tu sueño ves
y en una foto ver lo que callas
sin yo quererlo hacer.
¿Sonríes...? Y en un día
sabrás mujer, por qué;
tú lo sabes recién
y yo apenas lo sé.

Entiendo cuando ríes
y lloras también
me pierdo entre los sueños misteriosos
de tu pecho de mujer
¿Sonríes...? Y en un día
sabrás mujer, por qué;
tú lo sabes recién
y yo apenas lo sé.

No vieron florecer

No vieron florecer

¿Cuántas flores marchitas se quedaron
en su jarrón sin agua, esperando
sin más, que el florecer y aguardando
la caricia del sol, se mutilaron?

Ansiosas por brotar se destajaron
los pétalos, de a uno, desgastando
los débiles pistilos, devastando
el trémulo jarrón que no albergaron.

¿Qué había sucedido en tus pupilas
con lágrimas sumisas que regaban
el pequeño rincón enflorecido?

¿No lo sabes...? Pues busca entre papilas
de tu piel que de a poco abandonaban
tu rincón de alegría..., en un gemido.

Soneto Nº 1

Soneto Nº 1.

Te niegas a decirme que me quieres,
si aún, mi nombre quema en tus adentros;
recordando los viejos desencuentros,
prefiero que muy lejos mantuvieres.

Los débiles recuerdos que tú quieres
perpetran acallados nuestros centros
evitando el partir a los encuentros
frenética salida de placeres.

¡Supieras tú mujer, como palpitas!
Dentro mi pecho, todo acontecido.
Así, pronto a mi lado volverías.

Bebiéndo de mi amor, te embriagarías,
durmiéndote en mi brazo...acaecido.
¡Sabrías que en mi sueño aún habitas!