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lunes, 11 de octubre de 2010

La voz del verano

La voz del verano
Cual solitario pétalo en el río,
va callando una voz que desvanece
en la soledad de este invierno frío

que envuelto en él de pronto se estremece.
La ausencia del verano ha provocado
la pena de esta voz que hoy fallece,

en medio de un paisaje desolado
donde solo el silencio es quien domina,
donde toda esta historia se ha inventado.

Pero el verano, pronto se avecina.
La voz, una canción se volverá
y será fuente de agua cristalina

que al valle de estas letras bañará
de alegría, jolgorio y felicidad;
y mas fuerte, en verano renacerá.



Mi Quito

MI QUITO

El sol se oculta tras montes silentes,
 las sombras difuminan tu figura
van mezclándose así en la lejura
hasta dejar de ser tan diferentes.

Las cuantiosas estrellas titilantes,
engalanan las noches de soltura
y la brisa refresca con ternura
el sueño de tus miles de habitantes.

Eres la Luz de América, que alumbra
la belleza y color omnipotente;
de este centro del mundo que vislumbra.

¡Mi ciudad, Patrimonio diferente,
ciudad noble y valiente que deslumbra;
es mi Quito, la flor del continente!

En tus manos (Octava Real)


EN TUS MANOS

En tus manos mi espíritu se calma
mi mente de sus miedos se desprende,
lentamente acaricias toda mi alma
y el fuego de pasión ahora se enciende;
siento tener el mundo en una palma
pero tu amor de lleno me sorprende,
hasta llegar a ser tan diferente
y en un canto arrullarme lentamente.

viernes, 8 de octubre de 2010

Nuestros nombres

NUESTROS NOMBRES
Si mi nombre lo llevas en tu pecho,
el tuyo irá en mi vida.
Así, si alguna vez está perdida,
la encuentre en tu lecho.

Y si nuestro sendero está maltrecho,
hallaré una salida.
Para tenerte siempre complacida
y vivir no sea estrecho.

Si mi nombre lo llevas en tu seno,
el tuyo, en mi memoria
y recordar tu amor con desenfreno.

¡Y hacer juntos historia,
la saga de pasión y ansiado estreno.
Del viaje a nuestra gloria!

sábado, 2 de octubre de 2010

Mi consuelo




Mi consuelo

De entre el silencio emerge tu murmullo
y acaricias el viento con mi nombre.
Estremezco mi ser, sin que te asombre
y me pierdo en tu voz cual un arrullo.

Entonces nace el sueño de un capullo,
romántica pasión de solo un hombre,
que muere por decir tu hermoso nombre
mientras mi voz se pierde entre un barullo.

Así se va asentando aquel sonido,
que salió del silencio, humedecido
por gotas del rocío en la mañana;

cubriendo casi toda la sabana...
Llegando hasta mi vida y mi suelo,
trayendo mi alegría, mi Consuelo...