Imagino que me encuentro a tu lado
rozando con mis dedos tu cabello,
poco a pocoyo seduzco tus instintos
haciendo que delires de deseos.
Lentamente voy, me acerco
al umbral de tu pecho.
Arrancando cada botón de tu camisa,
le señalo el camino a mi locura.
Despacio recorro aquella tierra prohibida,
inhalando en cada respiro
el aroma a jazmín de tu cintura
que se mezcla con el aire matutino.
Hago yo parada en tu vientre,
anclando mi sed de amarte para siempre.
Aplacando mis ansias de buscar otro mar,
he lazado las amarras de mi barco.
Me he aventurado por conquistar
aquel mundo diferente,
para mí desconocido
que lo miro hacia el frente.
He visto aquellos paisajes de tu cuerpo
y descanzado mi pasión en tu regazo.
Despacio he interrumpido tu tranquilidad,
hasta hacerla mía.
De mis ojos ha brotado una lágrima
de emoción por verte linda,
que se abre paso hasta las cuencas
y desembocar en la llanura de tus piernas.
Sin querer te he nombrado mía
sin pensar alguien te habitaba.
Y mostrando mi apatía,
mis fronteras limitaba.
Tu fruto prohibido lo he probado
condenándome así para siempre.
Sin embargo yo proclamo
reclamarte mía para siempre.
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