CIUDAD DE QUITO
A este paisaje de cielo colorido y despejado
visitantes de otras tierras habían llegado,
imaginando encontrar un tesoro,
buscando bajo el suelo las riquezas de nuestro oro.
Cientos y miles se dieron por vencido,
al no hallar nunca “El Dorado”,
pero jamás habrían imaginado
que aquel tesoro escondido
era la ciudad, la que los había atrapado.
De días iluminados por un sol sempiterno
y sus noches majestuosas
con una luna poniendo su reflejo
en las horas de verano calurosas.
Ciudad de montañas y nevados
de cóndores, gorriones y pasacalles,
que han causado en todo aquel que nos visita
que regresen nuevamente enamorados.
Es entre todas, “Luz de América”
pues aquí a todos deslumbra su belleza
que se llevan un recuerdo en sus maletas
pero dejan parte de su corazón
en esta catedral de Suramérica.
Es verdad, aquí no es “El Dorado”
el espacio de tierra es muy chiquito
pero eso a la gente no ha importado
y regresa a nuestra ciudad de Quito.