El viento trae cual murmullo los sonidos de la zampoña, desatando el sentimiento de una tierra, de todo un pueblo.
Encaminado a mostrar su cultura, la voz de todo el continente, las raíces ancestrales, los ecos de una raza, que estremecen el firmamento.
Con el canto majestuoso, rodeados de quenas y rondadores, robándole unas notas al charango, con la fuerza de tambores.
Dibujando en cada acorde el paisaje de su tierra, tan hermosa, tan lejana para sentir aquél calor que un día, dejaron atrás por enseñar al mundo su historia...