Entonen un canto
Glosa
¡Si me muero, no haya llanto
pues no queda ya mas nada
solo mi paz anhelada;
mejor entonen un canto!
Bajo el manto de la luna
mil pasiones ya se tejen,
muchas almas se cotejen
hasta quedar tan solo una
a la sombra de la luna.
Y no crean que es espanto
por oír un solo llanto
desprendido de la gente
alojándose en mi mente
¡mejor entonen un canto!
Que invada la alegría
pues de aquí me voy contento
conmigo llevo el sustento
que no es más que el alma mía.
¿qué mas llevarme podría?
si esta noche de velada
tu melena enarbolada
me enreda sobre el lecho
y pienso sobre tu pecho
solo en mi paz anhelada.
Ya despierto de este sueño
y mi cuerpo aún respira
el también por vos suspira,
¡ven, te cubro con mi ensueño;
mi ser, del tuyo es el dueño!
Mis caricias cual manada
reposando en tu hondonada
después de nuestra pasión;
solo late el corazón,
por que no queda mas nada.
Tu sonrisa que en aumento,
cautiva todos los sentidos
por tu gracia sometidos
a la magia de un momento,
que ha borrado el lamento
con la ayuda de tu encanto,
refugiados bajo el manto
delicado de la aurora
en la vida que ahora otrora.
¡y si muero, no haya llanto!
pues no queda ya mas nada
solo mi paz anhelada;
mejor entonen un canto!
Bajo el manto de la luna
mil pasiones ya se tejen,
muchas almas se cotejen
hasta quedar tan solo una
a la sombra de la luna.
Y no crean que es espanto
por oír un solo llanto
desprendido de la gente
alojándose en mi mente
¡mejor entonen un canto!
Que invada la alegría
pues de aquí me voy contento
conmigo llevo el sustento
que no es más que el alma mía.
¿qué mas llevarme podría?
si esta noche de velada
tu melena enarbolada
me enreda sobre el lecho
y pienso sobre tu pecho
solo en mi paz anhelada.
Ya despierto de este sueño
y mi cuerpo aún respira
el también por vos suspira,
¡ven, te cubro con mi ensueño;
mi ser, del tuyo es el dueño!
Mis caricias cual manada
reposando en tu hondonada
después de nuestra pasión;
solo late el corazón,
por que no queda mas nada.
Tu sonrisa que en aumento,
cautiva todos los sentidos
por tu gracia sometidos
a la magia de un momento,
que ha borrado el lamento
con la ayuda de tu encanto,
refugiados bajo el manto
delicado de la aurora
en la vida que ahora otrora.
¡y si muero, no haya llanto!
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