Soneto Nº 1.
Te niegas a decirme que me quieres,
si aún, mi nombre quema en tus adentros;
recordando los viejos desencuentros,
prefiero que muy lejos mantuvieres.
Los débiles recuerdos que tú quieres
perpetran acallados nuestros centros
evitando el partir a los encuentros
frenética salida de placeres.
¡Supieras tú mujer, como palpitas!
Dentro mi pecho, todo acontecido.
Así, pronto a mi lado volverías.
Bebiéndo de mi amor, te embriagarías,
durmiéndote en mi brazo...acaecido.
¡Sabrías que en mi sueño aún habitas!
si aún, mi nombre quema en tus adentros;
recordando los viejos desencuentros,
prefiero que muy lejos mantuvieres.
Los débiles recuerdos que tú quieres
perpetran acallados nuestros centros
evitando el partir a los encuentros
frenética salida de placeres.
¡Supieras tú mujer, como palpitas!
Dentro mi pecho, todo acontecido.
Así, pronto a mi lado volverías.
Bebiéndo de mi amor, te embriagarías,
durmiéndote en mi brazo...acaecido.
¡Sabrías que en mi sueño aún habitas!
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