Quince años
¡Quince años, han sido pocos para olvidarla!
Mi corazón latía emocionado con verla,
mi mente fallecía en sus lunas por saberla
y mis ansias volvíanse muy fuertes por hallarla.
Me entregó una sonrisa, en un día de verano
mis ojos que, nerviosos evitaban aquellos
grabáronse su rostro y sonrisa entre destellos
para que no la toque ni siquiera mi mano.
Tengo aún en mi boca, el beso que no he podido
darle; como en mi voz, el verso que le escribo.
Su sonrisa y sus ojos, de mi ser no han salido.
Después de quince años yo la llevo presente
pues fue mi amor primero, en la jungla de mi mente.
¡Pregúntame por ella! Que yo te la describo.
¡Quince años, han sido pocos para olvidarla!
Mi corazón latía emocionado con verla,
mi mente fallecía en sus lunas por saberla
y mis ansias volvíanse muy fuertes por hallarla.
Me entregó una sonrisa, en un día de verano
mis ojos que, nerviosos evitaban aquellos
grabáronse su rostro y sonrisa entre destellos
para que no la toque ni siquiera mi mano.
Tengo aún en mi boca, el beso que no he podido
darle; como en mi voz, el verso que le escribo.
Su sonrisa y sus ojos, de mi ser no han salido.
Después de quince años yo la llevo presente
pues fue mi amor primero, en la jungla de mi mente.
¡Pregúntame por ella! Que yo te la describo.
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