Estoy nervioso, me tiembla todo el cuerpo
es que ya se acerca la hora tan anhelada.
Dando vueltas por todo el vestíbulo,
solo pienso en cómo recibirte.
Ha llegado el día de tu nacimiento;
impaciente estaba yo, que era corta la velada.
Me miraba la gente, ese cúmulo
asombrado de como quería describirte.
No aguantaba ya mis ganas de abrazarte
terminaba ya mi quinto cigarrillo.
De mis nervios se apoderó la alegría,
tan desbordante, que no aguantaba.
De pronto mis oídos pudiero escucharte,
era música tu pequeño y dulce chillido
que daba vida al nuevo día,
y a aquella precisa mañana la alegraba.
Una enfermera te trajo a mi lado
envuelto tu cuerpecito en una frazada,
con tu carita angelical
que al mirarte me quedé perplejo.
Atónito y a la vez emocionado,
sentí que mi vida era arrebatada
por tus lágrimas de manantial,
y que la llevaba muy lejos.
Los dos juntos lloramos, tú de frío;
mi llanto , de felicidad.
Mis palpitaciones ahora cesan
ante este encuentro tan suigeneris.
Me sentí ganador y a la vez vencido
por comprender de verdad,
que serás por siempre mi princesa...
que había comenzado ya mi GENESIS...
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