La noche se presta abrumadora,
coincidente a un dolor,
de este viaje agotador,
que ha hecho esta portadora.
La encontré con ojos desorbitados
justo en medio de este escenario.
Todo él por cadáveres habitado,
hasta la frontera de este territorio.
Una esquela, saca de su túnica,
puedo ver un gran listado.
-Tú serás la persona única
que perdonará este enviado-
Al caer su ropaje hasta el piso,
mi mirada ha quedado inaudita.
Un par de alas cubrían al cuerpo occiso,
en dormitada, ahora infinita.
Poco antes de abandonar su carnal,
me dejó unas palabras en mi mente.
Que todo esto era real,
y que el destino era inminente.
¿Debería ocupar su lugar ahora?
ante la agónica partida del mensajero.
Sentimientos ocultos ya afloran,
al saberme que era el nuevo encomendero.
Al mirar detenidamente este pergamino,
pude notar con más calma,
que esta, enviada a mi camino
traía consigo una faena anunciada.
Era el Ángel del Apocalipsis, en el piso tendido
a quién mi persona reemplazaba.
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