Ósculo que salva
Te beso con urgencia, se acerca a prisa el alba,
la hora más oscura, ocúltame tu boca.
Tu voz que con ternura, mi oído suave toca...,
guiando a mi apetencia al Belén de tu Malva.
Sujeta mi abstinencia al ósculo que salva
la tarde prematura del beso que me aboca,
que junto con tu albura, mi temple la derroca.
¡Divina tu existencia!... Mi amanecer enalba...
El sol en su salida me brinda la primicia
de verte enajenada, de pie sobre mi entrada,
mostrándome las manos deseando me aproxime.
Le brindas acogida a toda mi avaricia
guardándola acertada a tu alma acordonada
por labios que profanos, me besan tan sublime.
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